Marietan - Hirigoyen

 

 

Marietan  -  Hirigoyen

 

Marietân

Nieto del inmigrante francés Luciano Marietán, vive su infancia en Buenos Aires. Desde muy joven descubre su pasión por la medicina psiquiátrica y es por ello que ingresa a temprana edad en la Universidad de Buenos Aires. En 1986 egresa del Curso Superior de Médicos Psiquiatras y en 1991 es convocado por dicha universidad como Docente Adscripto a la Carrera Docente de la Facultad de Medicina.[cita requerida]

“¿Cuántos son? Está, más o menos, calculado, siendo optimistas, que los psicópatas son el 3% de la población. Sobre una base, en Argentina, de 40 millones, serían unos 900 mil.”

“¿Todos varones? No. De esos 900 mil, la relación es de 3 hombres a 1 mujer. O sea que contamos con unas 300 mil psicópatas.”

 

Marie HIRIGOYEN

El/la perverso/a narcisista es una persona sin capacidad de empatía real. Su empatía es más bien utilitaria, pues sólo reconoce las necesidades del otro en la medida que sirvan a su propio beneficio.

Racamier no intentó caracterizar a individuos particulares en sus primeros escritos. Más bien desarrolló el concepto como "una disfunción en la interacción," concepto retomado por Gérard Bayle, quien explica que la noción de perverso/a narcisista sirve para describir los procesos perversos en las familias y los grupos.

 

Sin embargo, los constructos que más se acercan a este concepto son el Trastorno narcisista de la personalidad y la Psicopatía.

Sin embargo, este recurso terminológico se utiliza a veces en psicopatología para designar a individuos que presentan una personalidad marcada por rasgos exacerbados de Narcisismo y de perversión, consistente en la satisfacción de deseos y necesidades a expensas de los otros.

Para Marie-France Hirigoyen, la perversidad no proviene de un trastorno psiquiátrico sino de una fría racionalidad que se combina con la incapacidad de considerar a los demás como seres humanos. El o la perverso/a sabe cómo seducir al grupo y conseguir que funcione de manera inhabitual.

El actuar perverso

El/la perverso/a narcisista adolece de incapacidad patológica para sentir culpa y sólo le preocupa la imagen que proyecta al resto, sin llegar a considerar a los otros como personas, es decir para él /ella sólo son objetos que puede utilizar.

El actuar perverso, según Marie-France Hirigoyen, se caracteriza por la falta de comunicación, ya que este sujeto elude las preguntas directas y como no habla proyecta una imagen de grandeza o de sabiduría.

El mecanismo de este tipo de personalidades se articula negando a sus víctimas la oportunidad de ser oídas, pues no le interesan otras versiones de los hechos. Con esta supresión del diálogo, el/la perverso/a viene a decir que el otro no le importa.

Hirigoyen también describe que la voz de él o la perversa al dirigirse a su víctima suele ser fría insulsa y monocorde, sin una tonalidad afectiva, lo que causa inquietud.

El/la perverso/a utiliza la mentira, pero no de una forma directa; más bien prefiere usar un conjunto de insinuaciones, silencios y sutilezas que generen un malentendido en su propio beneficio.

La agresión perversa se caracteriza por llevarse a cabo en silencio, mediante alusiones e insinuaciones. Con ello, el  o la perverso/a evitan que se pueda determinar cuándo haya podido comenzar, o bien que se pueda catalogar su naturaleza, ya que infunde confusión en la víctima; ésta, si llega a señalar el hecho pernicioso, será refutada por la sujeto perversa y, más aún, lo querrá convencer de que es él el agresor (proyecci’on).

La seducción perversa

Las relaciones de acoso que establecen las perversas narcisistas se desarrollan en dos fases, primero la seducción y luego la violencia psicológica. El periodo de seducción puede durar años; Racamier lo llama "privación del seso" cuando explica el proceso de preparación y desestabilización que sufre la víctima, hasta acabar ésta perdiendo la confianza en sí misma.

La seducción se produce a través de un proceso de influencia y dominación. En este proceso de seducción en una sola dirección el/la perverso/a procura fascinar sin ser descubierto, a través de una conjura de la realidad y una manipulación de las apariencias.

El dominio se produce a través de tres ejes de control, que tienen un componente destructor, que anula el deseo y la especificidad de la víctima:

- Una acción de apropiación mediante el desposeimiento del otro (pedido de apartamiento de la víctima).

- Una acción de dominación que mantiene al otro en un estado de sumisión y dependencia, (de lo contrario apartamiento judicial con falsa denuncia).

- Una acción de discriminación que pretende marcar al otro, (violento psíquico, etc.)

La violencia perversa

ParLa violencia de la perversa es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas pero si daños psicológicos que pueden ser de por vida. Esto constituye un tipo de acoso moral o psicológico, es decir una repetición frecuente, intencionada, indirecta e invisible, (utilizando terceras personas a las que convence, preferentemente profesionales para darles una aparente mayor entidad).a Hirigoyen, la violencia perversa es difícil de detectar por los testimonios externos y es negada por el/la agresor/a, que se niega a asumir su responsabilidad en el problema y culpa a la víctima.

Para la psiquiatra esto constituye una violencia adicional, que recae sobre la víctima cuyo testimonio es despojado de credibilidad (peritos psicológicos), lo que genera una violencia reactiva en ésta.

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