El Callejón
(HUACALERA)
Lo sabemos, fue
una ronda:
la floresta y
su Río Grande.
Madrigales
entre las espigas.
Es tu casa:
grama en ocaso,
sudan arrestos
las ventanas.
Nos ahogamos
en los soles.
Un callejón
de techumbres
verdes,
perennes, fascinan
el paso tardo
imperecedero,
cierto, notable
en esencias.
Entre sus
montañas el cielo;
luz toronja
en la tarde, arde.
Apaleos de pericos
emboban,
chillan,
buscan su residencia.
El loro viejo
desfila solitario.
Éramos los
dos y pareció imperecedero.
Fue
encontrarnos con los brotes, auras,
troncos
añejos y las pircas sempiternas.
Sincretismos
ancestrales homenajearon
con entregas y armonías
en Tu Callejón.