Doña "CHEPA" - Síntesis.






 “Doña CHEPA"
Síntesis

Julio Argentino Linares, nació en Salta, el 9 de julio de 1905 y murió el 22 de julio de 1989 en la capital de Córdoba a los 84 años de edad; vivió gran parte de su existencia en San Salvador de Jujuy (calle Lavalle 275, casa que heredó de sus antepasados Eguren y Blas); fue médico clínico, obstetra y trabajó en el Hospital San Roque. Luego de jubilarse se radicó, con toda la familia, en la ciudad de Córdoba de donde era oriunda su esposa (calle Paraná 678 y finalmente en Marcos Sastre y Martiniano Leguizamón ). Pocos meses antes de su fallecimiento, y en ocasión de visitarlo en Córdoba, tuve con él, durante varios días, unas largas e intensas conversaciones. Antes de aquella oportunidad, no fue muy afecto a contar lo poco que, por su escasa edad, su padre había logrado trasmitirle acerca de la familia Linares originaria de Sucre, Bolivia. Pareciera haber sido una especie de secreto familiar o un: "De eso no se habla”.
Me explicaba este silencio por el hecho de que mi abuelo, José Felipe Linares Castro, graduado de abogado en la Universidad Mayor “San Francisco Xavier” de Sucre en 1891; radicado en Salta ocho años después. Casó con María Ovejero Blas y falleció el 25 de agosto de 1921 en S. S. de Jujuy, cuando mi padre sólo contaba 16 años de edad, truncándose así, prematuramente, el principal vínculo con Bolivia. Desde entonces — y por pocos años— fueron muy esporádicos los contactos epistolares de Julio Argentino con sus raíces sucreñas (básicamente, con una tía monja, Francisca Linares, que murió en Tarija), para desaparecer totalmente a partir de la década de 1920. 
En aquellas largas pláticas que mantuve con mi padre, poco antes de su fallecimiento, es donde surgieron elementos sorprendentes que me llevaron a indagar, “in situ” -Llanes (Asturias, España), Sucre y Potosí- sobre mis raíces españolas, bolivianas, argentinas y las circunstancias que las rodearon. Una de las cuestiones más intrigantes fue el hecho de que Mariano Cornelio Cipriano Linares Rivas, artista pintor, hijo legítimo y primogénito del Dr. Mariano Linares Lizarazu, fuera rechazado por su familia paterna al punto de ser excluido social y económicamente, situación que, con seguridad, les dejó a él y a su hijo José Felipe (mi abuelo, quien finalmente emigró a la Argentina), una impronta indeleble en aquella cerrada sociedad de Sucre con protagonistas de tanta enjundia; cuestión que mi padre me reveló.
Al parecer, y según la tradición oral familiar, el conflicto fue generado por su abuela, el personaje más relevante de entonces, dentro y fuera de la familia, en la ciudad de Chuquisaca (Sucre): doña María Josefa Romualda Lizarazu, casada con Josè Bruno de Linares y Bustillo (a), conocida como “Doña Chepa”, públicamente considerada la Tercera Condesa de Casa Real de la Moneda, quien quiso ignorar a su primer nieto varón, Mariano Cipriano Cornelio Linares Rivas. Heredera de extensos y ricos territorios, además de una fuerte prosapia que puede rastrearse —en forma directa— hasta fines del 600 con Iñigo Jiménez, rey de Navarra, y Roberto I, rey de Francia, y de allí en adelante —en sucesión continua de padre a hijo—  por lo menos con dieciocho reyes de la casa de Borbón y de Champagne. Finalmente se entroncaba con los Condes de Beaumont a partir del Infante Luis de Beaumont (hijo de Juana II de Navarra y de Felipe III de Evreux), los Vizcondes de Arberoa y los Barones de Beorlegui; para concluir con el otorgamiento —por parte del Virrey del Perú, Manso de Velasco y confirmado en 1752 por el Rey Fernando VI— del título de “Conde de Casa Real de la Moneda”, el 22 de febrero de 1753, a don Juan Josseph Carlos de Lizarazu  Beaumont de Navarra Centeno y Fernández de Heredia, Caballero de la Orden de Carlos III, padre de doña  María Josefa Romualda Lizarazu de Linares (“Doña Chepa”), en reconocimiento por los servicios prestados al Virrey del Perú en la Casa de la Moneda de Potosí.
Al fallecimiento del  primer Conde de Casa Real de la Moneda, heredó el título su hijo primogénito Phelipe Bartohollomé Pedro Josseph de Lizarazu Beaumont de Navarra y Lisperguer, Tesorero Propietario de la Casa de la Moneda de Potosí y Regidor Perpetuo de su Cabildo, quien falleció, sin sucesión, el 17 de diciembre de 1818. Suponemos que, con aquel título, debió ser favorecida como tercera Condesa, Doña María del Carmen (1772 – 1845), hermana de Phelipe Bartohollomé, empedernida jugadora de naipes que, luego de dos fallidos matrimonios, tuvo cinco hijos naturales, cuestión que interrumpía la sucesión o, directamente, invalidaba cualquier pretensión. En consecuencia, a su muerte en 1845, la distinción debió corresponderles, sucesivamente, a su hermana doña María Josefa Romualda Lizarazu de Linares (“Doña Chepa”, 1780 – 1858) y, en segundo lugar, a su hijo mayor, el Dr. José María Linares Lizarazu (1808 – 1861), primer Presidente civil de Bolivia y principal líder de la causa republicana boliviana (1) . Esto hizo imposible, naturalmente, que aceptara un título nobiliario vinculado al pasado virreinal de Bolivia.
Doña María Josefa Romualda de Lizarazu Beaumont de Navarra y Lisperguer de Linares (“Doña Chepa”, tatarabuela de Julio Argentino y quinta abuela del arquitecto Julio Ernesto Linares Quintana) no perfeccionó la documentación para acceder al codiciado título, el que quedó vacante durante cien años.
En el año 1918, un espabilado español, Don Lucio Elio y Coig, magnífico ausente en los avatares de Potosí y su Cerro Rico, rebuscando un remoto parentesco retrospectivo con los Lizarazu en la línea materna del 4º abuelo del primer Conde de Casa Real,  allá por el año 1540 —es decir ¡206 años antes del otorgamiento del título! y ajeno históricamente a toda justificación— reclamó para sí, ante el silencio de la prole sudamericana, a un Juez español, el olvidado título. Solicitó, además, que la denominación fuese simplemente “Conde de Casa Real”, suprimiendo  “de la Moneda”, alusión inequívoca a las motivaciones absolutamente potosinas de su creación y las que, naturalmente, no le concernían. A esta última pretendida quita, el Juez no hizo lugar.
Actualmente (2012), detenta el título “boliviano” el madrileño embajador de España en Inglaterra Don Carlos Miranda y Elio; nacido el 27 de febrero de 1943. ¿Conocerá el diplomático la República de Bolivia? ¿Tendrá, al menos, una somera idea de la historia Virreinal del Perú y del Río de la Plata o de los avatares de aquellas épocas, motivo del otorgamiento del título? ¿Sabrá quién fue “Doña Chepa”? ¿Percibirá el actual Conde de Casa Real de la Moneda  (de Potosí) qué significa y a qué idioma  pertenecen las palabras “aíllo” o “ ayllu” o “cantuta” o “acullico” o “quipu” o “Antisuyo, Chincanisuyo, Contisuyo y Collasuyo”? ¿Tendrá una somera idea de la cantidad de nativos muertos por el trabajo esclavo en aquella mina –el Cerro Rico- para extraer el mineral de plata que cebó la Casa de la Moneda de Potosí, donde se acuñaron monedas de plata en cantidades descomunales, enviada -en su mayor parte- para alimentar la codicia de los Reyes de España, y el holocausto que  ello significó.
Pero, para poder entender qué es lo que pasó verdaderamente por aquellos tiempos y a quiénes, ciertamente, les correspondería el olvidado título nobiliario, debemos primero recrear: la personalidad, el entorno y la herencia inmobiliaria de doña María Josefa Romualda; quienes fueron Mariano y su hijo primogénito Mariano Cornelio Cipriano y, finalmente, aportar la prueba. Para ello, transcribiré algunos pasajes de la vida sucreña  que pintan el perfil de “Doña Chepa”, como quizás debió hacerlo su nieto primogénito, el pintor.


La personalidad: 
Narra el historiador Don Nicanor Arana Urioste en su libro “Linares, Patricio Cristiano” lo siguiente:
“Don Mariano Linares había contraído segundas (o terceras) nupcias con doña Benedicta Romero Rivero en el año 1862 (a los 53 años de edad), estableciendo su hogar junto a su madre, la Condesa de Casa Real, en la casona que ésta poseía en Sucre...”. “Era de fama en la ciudad el carácter dominante de doña Josefa (“Doña Chepa”), con quien no se avino ni entendió la recién desposada, cuya situación resultaba apocada frente a la avasalladora desenvoltura de su suegra”.
“Llegó a conocimiento del padre de doña Benedicta la situación deprimente en que ésta se encontraba frente a la prepotencia de `Doña Chepa’ y, como el señor Romero tampoco carecía de pujos y altanerías, un buen día, cuando doña Benedicta volvía de misa, muy de madrugada, se le aproximó uno de los viejos y conocidos servidores de su padre, llamándola con urgencia en su nombre; intrigada por la curiosidad y sumisa, se dirigió a la inmediata esquina  —que actualmente queda en la intersección de las calles Colón y Argentina—. Cuál no sería su sorpresa al ser recibida por su padre que, sin pérdida de tiempo, le ordenó subir en la cabalgadura que tenía lista junto a la suya y, sin más trámite, se la llevó a vivir en la apartada finca que poseía en el Departamento de Potosí. Quedó así doña Benedicta separada de hecho de su esposo, don Mariano, quien por uno u otro motivo hubo de conformarse con lo sucedido, ya que en aquellos tiempos es evidente que la potestad marital —y aun la jurisdicción de los mismos jueces— sólo llegaba hasta los umbrales de las puertas de las casonas...”. Esta situación duró más de diez años, desde 1848 hasta mayo de 1859 cuando -fallecida Doña Josefa Romualda el 18 de septiembre de 1858- José María Linares, hermano de Mariano y por entonces Presidente de Bolivia (1857-1861), lo urgió a recomponer su matrimonio con doña Benedicta Romero Rivero en consideración a la “ausencia obligada” de la expirada “Doña Chepa”.

            El entorno. 
El Dr. Nicanor Arana Urioste también nos cuenta: “Todo el país, por lo demás, mantenía sus estratos sociales con la rigidez adquirida en su estructura por obra de la conquista española y de la sujeción de la inmensa mayoría de la población aborigen...”   “La institución española que sobrevivió en las Indias, con referencia a la organización de la familia desde el punto de vista económico, fue el mayorazgo que, a principios de la República, todavía conserva su influencia, otorgando al mayor de los hijos varones de una familia preeminencia sobre sus hermanos, al menos cuando se trataba de la propiedad rústica. El mayorazgo crea la institución destinada a conservar la tierra evitando su disgregación en desmedro de la producción agrícola y de la unidad de la familia. El hermano mayor continuaba invistiendo parte de la autoridad paterna y su derecho de primogenitura daba lugar a verdaderos privilegios que, por ser tales, no podían ser aceptados como justos por el liberalismo de la época, razón por la que fueron abolidos una vez constituida la República; pero mantenía mucho de su prestigio en las costumbres y en una familia de terratenientes, como era la de la Condesa viuda, quien hizo sentir su influencia moral más que legal, debido también a la temprana desaparición de don José Bruno de Linares (su esposo)...”


Propiedades.
Manuel Frontaura Argandoña, en su libro “El Dictador Linares”, nos cuenta en referencia a José María Linares, futuro Presidente de Bolivia: “De este modo, es un republicano consciente; olvida sus títulos nobiliarios y es y será, nada más ni nada menos, que el ciudadano José María Linares, a secas. Es económicamente libre, porque sus propiedades agrícolas le dan renta suficiente para vivir en la abundancia, amén de que las de España están por recobrarse. Es ideológicamente libre y señor de sus actos porque el cordón de la conveniencia económica o de prestigio personal no le amarran; en ese momento es el individuo que más blasones  universitarios ostenta en el nuevo país...”
“Tal vez por inspiración de su madre cree llegado el momento de visitar la casona ancestral. Y se traslada a España, donde encuentra enrevesados los intereses de la familia, difícil la defensa de ellos, mal predispuestos a los magistrados de la Península para ponerle en posesión de su heredad. Estudia leyes y se toga brillantemente, reivindica su hacienda y hace la obligada peregrinación a Roma...” (1)


 Dr. Mariano Linares Lizarazu. 
Al parecer, Don Mariano Linares Lizarazu, mi tatarabuelo, era hombre prolífico, cuya intensa vida social lo llevó a casarse (o relacionarse) con doña Jacinta Rivas, fruto de lo cual nació su primer hijo a quien le puso su mismo nombre (Mariano) y que, en el remoto supuesto de que no hubo matrimonio, legitimó como su primogénito: Mariano Cipriano Cornelio Linares Rivas, en todo  de acuerdo a lo normado por el Derecho Romano, fuente de inspiración de la legislación occidental, cristiana y virreinal. Es decir: dicho derecho,  en el capítulo atinente a la patria potestad y cuando se refiere al nacimiento y la legitimación, sostiene que los hijos nacidos de concubinato, llamados “liberi naturales”, seguían la condición de la madre, en virtud del hecho cierto de la procreación. Pero, por influencia de las ideas cristianas, el derecho posclásico introdujo la legitimación como medio jurídico por el cual el hijo natural alcanzaba la calidad de legítimo, quedando sometido a la patria potestad. Para que dicha legitimidad fuera válida era necesaria la presencia de determinados requisitos: concepción fruto del concubinato, o sea, aquella relación permanente (tuvo un segundo hijo: Mamerto, fallecido a edad temprana), distinta del matrimonio. No era posible la legitimidad si los hijos eran adulterinos (si uno, u otro o los dos padres eran ya casados) o incestuosos (nacido de padres parientes entre sí, en grado prohibido). “El rescripto imperial fue el medio de legitimar en el derecho Justiniano. Producía efectos plenos y de esta suerte el hijo entraba en la familia del pater, sometiéndose a su potestad, con los beneficios que acordaba la consanguinidad”. En el supuesto que no estuvieran casados por la Iglesia, o que la documentación pertinente hubiese sido destruida por influencia de “Doña. Chepa”, todas estas eran condiciones  que se dieron plenamente en la relación de Don Mariano y de Doña Jacinta; y si de herencia nobiliaria o inmobiliaria se tratase, era Don Mariano Cornelio Cipriano el primer heredero, le gustara o no  a su abuela.


         Mariano Cornelio Cipriano Linares Rivas.   
    En consecuencia, ingresaba al mundo Mariano Cornelio Cipriano Linares Rivas (futuro artista plástico -pintor-) el día 16 de septiembre (conmemoración, paradójicamente, de dos defensores de perseguidos cristianos —lapsi— y finalmente desterrados: el Papa San Cornelio  y el Obispo de Cartago, San Cipriano sin poder saber todavía el año, porque no logramos encontrar la partida de nacimiento en los registros de aquel período, hecho insólito y por lo menos sospechoso. Sin embargo, nadie imaginó en la cerrada sociedad de “Doña Chepa” que, más de ciento cincuenta años después de su fallecimiento, ya no haría falta encontrar semejante testimonio; en el siglo XXI la situación de la procedencia genética se resuelve concluyentemente con las determinaciones del ADN, sustituyendo a  los más genuinos documentos filiatorios  (desaparecidos misteriosamente por aquella época). En este caso, deberemos apelar a la legendaria generosidad de doña Romualda —en una actitud de grandeza post mortem— y ella podría ceder una minúscula parte de su esqueleto a los fines del reconocimiento científico; yo me hago cargo de la misma generosidad, por la parte de mi abuelo José Felipe Linares Castro, fallecido a los 53 años de edad el 25 de agosto de 1921 y enterrado en el cementerio de San Salvador de Jujuy; bisnieto directo de “Doña Chepa”. Es de suponer que esta desaparición de la documentación, tiene como razón principal cuestiones sociales y económicas. 
     Se inscribe, así, Mariano Cipriano Cornelio Linares, en la línea sucesoria de la primogenitura y la heredad, con plenos derechos de legitimidad.  (2)

La prueba. (Se descubre el eslabón perdido).
En el año 1996 recibí una gratificante respuesta —a una carta que yo enviara y en la que solicitaba algún dato de mis parientes—  del Dr. Joseph M. Barnadas, Director del Archivo-Biblioteca “Monseñor Taborga” de Sucre. En ella transcribe:
 “Mariano Cipriano Linares español soltero é  hijo  lejítimo de D. Mariano Linares i de Da. Jacinta Rivas vecinos de esta Ciudad i feligreses de esta Parroquia, con Da. Regina Castro española soltera e hija lejítima de …”, como reza en la Partida de Matrimonio de Mestizos y Españoles del libro Nº 14 del 15 de marzo de 1863, con motivo del matrimonio celebrado en la Parroquia  “Sagrario de Guadalupe” en Sucre. Dicha respuesta concluye: “Sucre, 16 de octubre de 1996. Certifico que son transcripciones fieles a los originales correspondientes. (Firmado) Dr. Joseph  M. Barnadas DIRECTOR”; y  con sello: Archivo Biblioteca Arquidiocesanos  “Monseñor Taborga” Sucre Bolivia.
Seguramente, Maria Josefa Romualda (“Doña Chepa”) no atinó a desentrañar que en la línea directa de nuestros parientes estaban ya presentes situaciones  por lo menos curiosas y, sin embargo, esos antepasados se sentaron en tronos:   Sancho III Garcés, rey de Navarra que tuvo con Sancha de Aibar un hijo natural; Ramiro I,  primer rey de Aragón (1035 – 1063); un nieto: Sancho V Ramírez, rey de Navarra y Aragón (1076 – 1094) y tres bisnietos: los reyes de Aragón: Pedro I (1094 – 1104), Alfonso I (1104 – 1134) y Ramiro II el Monje  (1134 – 1137). O de otra de las líneas familiares tambien directas, el caso de: García III Sánchez, el de Nájera, Rey de Navarra (1035 – 1059), que tuvo un hijo natural -con una mujer cuyo nombre no se supo-: el Infante Sancho, su hijo Ramiro Sancho casado con Cristina (hija del Cid Campeador) y, a partir de allí,  los Reyes de Navarra: García IV Ramírez (1134 – 1150). Sancho VI (1150 – 1194). Sancho VII (1194 – 1234). Teobaldo I (1234 – 1253). Teobaldo II (1253 – 1270). Enrique I (1270 – 1274). Juana I (1274 – 1305). Juana II (1328 – 1349) y Luís, Conde de Beaumont y Evreux, casado con Juana de Durazzo. 
Interesa recordar la rama de los famosos Borbones, hoy presentes en el Reino de España: "El caso de Carlos IV, casado con María Isabel de Parma quien tuvo 25 hijos, ninguno de los cuales lo fue de su esposo". "O el de la reina Isabel II (de España), casada con  Francisco de Asís, quien no tuvo nunca relaciones con su marido; pero se acostó con todo lo que se movía" (3) . Sus hijos fueron doce, uno de ellos Alfonso XII, el bisabuelo de el Rey emérito Juan Carlos I: ¿Los herederos trajinaremos algún cromosoma Borbón?     
Al actual "contuso" monarca emérito español, alguien le “rizo por siempre su cabellera amarilla”. En este punto es bueno recordar al notable poeta cubano Nicolás Guillen:

LA ABUELA
Esta mujer angélica de ojos septentrionales, 
que vive atenta al ritmo de su sangre europea, 
ignora que en lo hondo de ese ritmo golpea 
un negro el parche duro de roncos atabales. 

Bajo la línea escueta de su nariz aguda, 
la boca, en fino trazo, traza una raya breve; 
y no hay cuervo que manche la geografía de nieve 
de su carne, que fulge temblorosa y desnuda.

¡Ah, mi señora! Mírate las venas misteriosas; 
boga en el agua viva que allí dentro te fluye; 
y ve pasando lirios, nelumbos, lotos, rosas; 
que ya verás, inquieto, junto a la fresca orilla, 
la dulce sombra oscura del abuelo que huye: 
el que rizó por siempre tu cabeza amarilla

   En Conclusión. 
   El  título de “Conde de Casa Real de la Moneda” —si “Doña Chepa” lo hubiera perfeccionado y descartada la heredad por parte de su primogénito, José María, en razón de su posición política como líder anti monárquico y Presidente Republicano de Bolivia— le hubiera correspondido al segundo hijo de doña Romualda, el Dr. Mariano Linares Lizarazu y de allí, a su primer nieto legítimo Don Mariano Cipriano Cornelio Linares Rivas, padre de José Felipe Linares Castro, bisnieto de Romualda, primer hijo varón, abogado, quien en  marzo de 1896 iniciara trámites para radicarse definitivamente en la República Argentina. Así llegamos a su tataranieto, el Dr. Julio Argentino Linares Ovejero (tuvo hermanos fallecidos en la infancia). Luego al cuarto nieto primogénito, el Dr. Julio Alberto Linares Carranza, como quinto nieto al Arquitecto Julio Ernesto Linares Quintana  (sin descendencia), de allí a su hermano el Dr. en Biología Mario Alfredo Linares Quintana y de él a su hija mayor Blanca Micaela Linares Moya, nacida en San Salvador de Jujuy el 16 de agosto de 2008; quién podría ser la legítima poseedora civilísima del título de Condesa de Casa Real de la Moneda..  Esta, seguramente, es la línea sucesoria de la hoy tan disputada gracia (4) ; en el supuesto, claro está, que interesara, a la familia Linares de Argentina, un título ajeno a nuestra condición y convicción democrática-republicana.
En relación a las propiedades de "Doña Chepa" fueron en gran parte reconcedidas dentro de la reforma agraria ocurrida en la primera presidencia de Víctor Paz Estenssoro (1952-1956)- (5) , y con el gobierno del Sr. Evo Morales (6)  las que quedaron.



Será justicia.
Inti Raymi 5.519 (21 de junio de 2012: solsticio de invierno).

        (a) Jose Bruno de Linares y Bustillo, nacido en Llanes (Asturias) el 06-10-1759; bautizado el 13-10-1759. "Residente en la Villa y Corte de Madrid, Oficial de la Contaduría de Indias y Administrador de la Aduana de la Villa Imperial de Potosí; Noble de Sangre y Solar (expediente ganado en 05-12-1788). Hijo de Josè de Linares Moro y Gutierrez y de Marìa Antonia de Bustillo Moro y Fernàndez; Hidalgos de Llanes..."



           (1) Propiedades:  [Son demasiados los feudos, resultando una lectura tediosa; sugiero pasar por alto e ir a (2)].  En la página de Internet de la familia Lizarazu de España encontramos, en referencia a las propiedades virreinales, lo siguiente: “Debido a la circunstancia de quedar sin herederos directos varios miembros de los Lizarazu Beaumont y Navarra, se reunieron en la cabeza de Doña María Josefa Romualda Lizarazu Beaumont y Navarra de Linares una notable cantidad de propiedades rurales, además de las que directamente le correspondieron de sus padres”.
“Podemos decir que las propiedades de Doña Josefa, o sea el feudo de los Lizarazu Beaumont y Navarra, empezaba por el norte en Agua de Castilla, sobre la línea férrea de Potosí a Río Mulato y llegaba por el sur hasta la actual Provincia Méndez de Tarija. No era del todo continua esa franja territorial, pero sí dentro de ella, la mayoría de las mejores propiedades son las enumeradas”.   
“Las propiedades de Cinti que correspondieron a Don Mariano Linares, pertenecieron antes a Doña Francisca López Nieto y Lisperguer (hermana de Doña Martina, primera condesa de Casa Real de Moneda y segunda esposa del Conde don Juan Josseph Carlos de Lizarazu), casada con Don Pedro de Ansoleaga, asesinado en S. Pedro Mártir por uno de sus `negritos´. La única hija de dicho matrimonio, Doña Julia de Ansoleaga, casó con el Brigadier Don Indalecio González de Socasa, que combatió en la batalla de Salta contra las fuerzas patriotas de Belgrano. Viuda ya Doña Juliana, encomendó la atención de sus propiedades a Don Juan Linares a quien, lejos de habérselas obsequiado, mortificaba con sus exigencias e ingratitud, como consta de la correspondencia del Presidente Linares; pero cuando dicha Doña Juliana se puso gravemente enferma testó a favor de su sobrino Juan. Al fallecimiento de éste en Jesús de Pilaya, dichas propiedades fueron heredadas por su madre Doña Josefa y no llegaron a ser enajenadas por ésta, pasando, a su fallecimiento, a Don Mariano Linares, entre cuyos hijos se repartieron. En 1954 fueron asaltadas, a título de reforma agraria, las correspondientes a la familia de Don José María Linares Romero y, mal informado el Ministro del ramo, declaró a la prensa que se trataba de tierras arrebatadas a los indígenas durante el gobierno de Don Mamerto Urriolagoytia. Además, las propiedades de valles profundos, como son las del Río Grande, entre Chuquisaca y Cochabamba y Río Pilaya, entre Chuquisaca y Tarija, nunca en la Bolivia andina fueron y ni aun siquiera estuvieron pobladas por aborígenes debido a ser lugares malsanos, sino por gentes descendientes de españoles y por mestizos blancoides, como se podía comprobar hasta en los valles cercanos a ciudades como Sucre, y con mucha mayor razón en regiones como las de Cinti y Tarija, análogas en su composición etnográfica a la predominante en el Oriente de Bolivia.  Ticala y Yani, Conapaya, Cuchu Ingenio, Ingahuasi y anexo, Culpina y Santa Helena, La Lava, San Diego y su ingenio, Ichuni y su ingenio, San Pedro de Porco, Cuchurani, La Compañía, Colocolo de Miculpaya, Calahoyo en Porco, Parpaya, Porco, Pilaya y sus anexos, Carapari de Cinti, Cerro Redondo, Lechera, Laramendi, Cedro Mayu y Liquinas del Frente, Liquinas del Morro, Sacari o Palca del Molino, San Pedro Mártir, Miculpaya, Haciendas de Wisir (Huisiri), Agua de Castilla y su Ingenio, Hacienda de Garcilazo, Samasa, Monterillas, Palpaya y Duraznos, Otay de Mizque, Calahoyo (Caiza), Chacra de Olti, Estancia de los Molinos, Nequeta  Pampa... La lista pasa de 50, pero descartando las que podemos considerar pequeñas, son alrededor de cuarenta. Con excepción del grupo de propiedades de Cinti (Ingahuasi, Culpina, Carapari, Hacienda Grande de Pilaya, San Pedro Mártir y Liquinas más las correspondientes a algunas de éstas, así como Peraspampa (Cachimayu) y Cerro Redondo y Liquinas del Frente, en el Departamento de Tarija, que correspondieron a Don Mariano Linares, todas las demás fueron enajenadas”. 

(2) Sociales: Un artista pintor no encajaba en la prosapia de la familia de Doña Chepa, con la posibilidad, además, de un título nobiliario.  Económicas: La herencia de esta familia era por aquella época, al menos cuantiosa, cuyo receptor primogénito no fue reconocido. Hay evidencias sugerentes que el acomodo de ambas cuestiones tenían otro destinatario.     

(3) "Hasta la coronilla. Autopsia de los Bobones" Iñaki Errazkin.                       

(4) José María Linares Lizarazu (hermano de Mariano Linares). Presidente de Bolivia: 1857-1861. Nació en Ticala, Potosí, el 10 de julio de 1808Todo lo puso en su actuación política en la que gastó toda su fortuna hasta morir casi en la miseria. Ocupó, desde su juventud, cargos políticos de lustre: diputado, prefecto de Potosí, ministro de Estado del general Velasco  y ministro plenipotenciario. Estudió ciencias sociales. Como ministro de Bolivia en España firmó el tratado en que esa nación reconoció oficialmente la independencia de Bolivia. A su regreso al país salió elegido diputado. Durante su vida política fue deportado y vivió en PerúChile y Argentina. En 1857, mediante golpe de Estado, ascendió a la presidencia. Gobernó con rectitud e inflexibilidad. Apoyó la fuerza de su gobierno en la ética, con acciones implacables contra quienes transgredían la ley. Para hacerlo se declaró dictador, aplicó severas medidas de fiscalización. Redujo drásticamente los fondos del ejército y sus efectivos. Fue escrupuloso y austero en el manejo del erario público, con reducción de sueldos redujo el déficit público. El 14 de enero de 1861 fue depuesto por un golpe de sus propios acólitos: Ruperto Fernández, Manuel Antonio Sánchez y el General Achá.
Murió seis meses después en su exilio de Valparaíso, Chile el 23 de octubre de 1861.” (Wikipedia).


         (5) Descendientes Linares en Bolivia tramitan en España -por tercera vez-, un juicio para “desembarazar” el título de Conde de Casa Real de la Moneda, y que consideran indebidamente reotorgado.


          (6) Víctor Paz Estenssoro (1907-2001). Primera presidencia: “Entre las reformas, las más importantes y las que le darán el toque reformista al MNR están: El voto Universal (21-7-1952) promulgado como un homenaje a la memoria de Gualberto Villarroel, la Reforma Agraria (2-8-1953) que quizás fue la medida de mayor contenido social, la Nacionalización de las Minas (31-10-1952) que revirtió al Estado las concesiones mineras que eran explotadas por los varones del estaño. Patiño, Hochschild y Aramayo y la Reforma de la Educación que volcó al campo la mirada de autoridades y educadores.”   


        (7) Evo Morales Aima. Primer presidente de estirpe aimara (indígena), y uno el más destacado mandatario en la historia republicana de Bolivia.

1 comentario:

Pau L dijo...
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