Características de la mujer psicópata: cómo reconocerla
Los psicópatas, tanto hombres como mujeres, tienen la convicción de que sus
necesidades deben ser atendidas y cubiertas por los otros y por la sociedad.
Exigen y demandan atenciones, regalos, favores, cuidados y subsistencia de
parte de los otros en demasía, siendo su entrega prácticamente nula. Exigen
mucho y dan casi nada. Cuando dan algo se ocupan de hacerlo saber a todos o
echarlo en cara. Y cuando sus requerimientos no son satisfechos reaccionan mal,
con amenazas, extorsiones o agresiones y venganzas, incluso con violencia
física, hasta pueden mostrarse ofendidos dado que no toleran las frustraciones.
Hemos
visto generalidades de las psicopatías y de la mujer psicópata en el artículo Psicopatías: la mujer psicópata
Características
La mujer psicópata exigirá a su pareja ser atendida en esos deseos y
necesidades. A simple vista se la verá como una mujer “exigente”, con gustos
definidos e intereses exquisitos. Podría dar una imagen de mujer que sabe lo
que quiere, y esto es cierto: ella sabe lo que quiere. Así es como le exigirá a
su pareja que le satisfaga sus “necesidades” materiales, la compra de objetos
innecesaria para el varón pero que la mujer psicópata justifica y argumenta de
extrema necesidad.
Los psicópatas suelen reaccionar mal
ante las reglas y las normas que todos siguen, dado que al considerarse
“especiales”, tratan de saltearlas. La mujer se presenta como “distinta”,
aunque esa distinción ella la utilizará como factor de seducción al principio y
ante desconocidos.
Por estos actos y otros que aparecerán
al poco tiempo de conocerlas con mayor profundidad, no sienten culpa ni
remordimientos. No se cuestionan si han hecho algo mal, para ellas su
comportamiento es correcto y no miden el impacto que pueden producir en los
otros. Salvo cuando son perversas, en los que la acción está explícitamente
dirigida a producir un daño al otro. O sea, se dan cuenta del daño que
producen, pero no les importa el impacto de ese daño. Su límite es el riesgo:
llegan hasta ciertos límites pero tienen la astucia de esconderse o escabullirse
para nunca ser expuestos o juzgados.
Jamás reconocen un error propio. Tanto
varones como mujeres psicópatas enseguida justificarán y argumentarán sus actos
ante la mínima crítica. Habrá falta total de autocrítica, siempre la culpa es
del otro y de los otros (defensa aloplástica). Y si en algún momento pareciera
que están reconociendo algún error, es solamente como estrategia para parecer
aceptar un error, con el fin de conseguir sus objetivos. No nos olvidemos que
son excelentes actores.
Sus conductas siguen ciertos patrones a
través del tiempo, suelen hacer las cosas siempre de la misma manera, no tienen
flexibilidad psíquica ni conductual para efectuar cambios. Las mujeres
repetirán sus comportamientos vinculares: con todas sus parejas actuarán del mismo
modo. Por eso es importante averiguar la historia de esa persona y sus parejas
anteriores: suelen ocultarlo en el principio de la relación pero luego aparece
el dato de que hay conflicto y a veces graves problemas de todo tipo con todas
sus ex parejas.
Todos los psicópatas se satisfacen con
estímulos y emociones intensas (conductas riesgosas de peligro y desafío,
excesos de bebida, comida y drogas, excesos sexuales, violencia, etc.). Ellos
dicen que lo hacen para no aburrirse. Esto les suma inestabilidad emocional,
vincular, laboral y promiscuidad sexual. La mujer se mostrará en los principios
como la mujer “ideal”, desplegará todos sus encantos para anclar al varón
(generalmente a través de lo económico) ya sea a través del sexo o de la
maternidad.
Qué es
la cosificación
Los psicópatas tienen un concepto
sobrevalorado de sí mismos y subvalorado de los demás en general. Las personas
no son consideradas en sus capacidades sino que siempre serán inferiores y de
utilidad para el psicópata: los demás son cosas, están cosificados. El
psicópata se relaciona únicamente para obtener algún tipo de beneficio personal
dado que el objetivo de sus vidas parece ser el que los demás le satisfagan sus
intereses y deseos.
La mujer psicópata podrá mostrarse como
“frágil” o “vulnerable” pero solo para lograr la obtención de sus intereses.
También la victimización es muy frecuente, utilizada para reforzar sus
argumentos. (A ella “siempre le hacen cosas para dañarla”)
Emociones
Es frecuente leer que en los psicópatas
las emociones están anuladas o no están, no se manifiestan. Si hay alguna
manifestación afectiva es al solo hecho de parecer “normal”, fingen emociones
para no despertar sospechas y porque sirve a sus fines utilitarios. Son
excelentes actores, perfectos imitadores y grandes mentirosos/as.
Todos los autores consultados coinciden que el/la psicópata por lo general
tiene un coeficiente intelectual elevado, pero que ”falla” en las emociones, es
incapaz de ponerse en el lugar del otro: carece de empatía. Viven para su
propia supervivencia.
La proyección es un mecanismo
de defensa por el que el sujeto atribuye a otras
personas las propias virtudes o defectos, incluso sus carencias. En el caso de la proyección negativa, ésta
opera en situaciones de conflicto emocional o amenaza de origen interno o
externo, atribuyendo a otras personas u objetos los sentimientos, impulsos o
pensamientos propios que resultan inaceptables para el sujeto. De esta forma,
se «proyectan» los sentimientos, pensamientos o deseos que no terminan de
aceptarse como propios porque generan angustia o ansiedad, dirigiéndolos hacia
algo o alguien y atribuyéndolos totalmente a ese objeto externo. Por esta vía,
la defensa psíquica logra poner estos contenidos amenazantes afuera.
Pero los/las psicópatas no tienen
ausencia de todas las emociones, sino de algunas en particular. Tienen ausencia
de auténtica alegría, algo parecido a la alegría les produce alguna situación
trasgresora que le produzca aventura (adrenalina). Hay ausencia de compasión,
de solidaridad, de amor bien entendido, de vergüenza. Pero sí hay otras
emociones como por ejemplo el enojo, la ira, el rencor y el resentimiento, el
odio, la envidia, todas emociones destructivas.
Las emociones que aparecen son muy
primitivas, puestas en marcha para la supervivencia. Dicen algunos autores que
los/las psicópatas son esa parte de la especie solo destinada a la depredación,
pero no a la construcción o elevación de la misma. Sus mecanismos son sumamente
primitivos.
La tristeza es una emoción que no está
en los psicópatas. Lo que parece tristeza es un sentimiento de rabia o
frustración por no lograr sus objetivos. Pero rápidamente se reponen y vuelven
a “armarse”. Si aparece tristeza es solo fingida (saben cómo llorar para
impactar). La mujer psicópata suele utilizar esta emoción con más frecuencia
como elemento manipulador.
Algunos dicen que los psicópatas no
sienten miedo. Esta aseveración se efectúa debido a que tanto los varones como
las mujeres psicópatas enfrentan situaciones que otras personas con otra
sensibilidad no enfrentarían. Pero todo el accionar psicopático podría estar
basado justamente en el miedo. Sus estrategias son defensivas y de
supervivencia. Lo que sucedería es que jamás reconocerán que tienen miedo. Esta
emoción no es reconocida como tal. Pero pueden fingirlo, sobre todo la mujer
psicópata, también como elemento manipulador para conseguir sus objetivos.
En los varones y mujeres psicópatas, si bien el miedo es un miedo primitivo de
supervivencia, puede aparecen manifestaciones de ansiedad (como fobias y
ataques de pánico) que los mostrará más excéntricos, raros o demandantes.
¿Resiliencia?
Los psicópatas, y en esto las mujeres
parecen igualar a los varones, tienen una fortaleza inigualable. Pasan por
situaciones fuertes, pueden recomenzar desde cero varias veces en sus vidas,
sin embargo se levantan y siguen caminando.
¿Esto significa que los psicópatas son
seres más resilientes? No, justamente será al revés. La resiliencia es salir de
una situación con una mayor fortaleza pero habiendo encontrado el SENTIDO a esa
experiencia. El encuentro de sentido solo puede hacerlo una persona con la
sensibilidad que ningún psicópata tiene. Es decir, el psicópata no es un ser
resiliente, es únicamente superviviente. Sale de situaciones de peligro porque
así está dotada la especie, pero es incapaz de registrar si esas experiencias
le han movilizado su mundo interno, porque carece de la sensibilidad del resto
de los seres humanos y carece de posibilidad de cambio y evolución.
La mujer psicópata se muestra
narcisista, fría y con una altísima autoestima (con la que ha compensado una
inferioridad original). Tiene un grado elevado de autoimportancia (en algunos
casos parecen auténticos delirios de grandeza). Ella suele decir que hay cosas
que “a ella no se le hacen”, inaugurando un frente de combate y un deseo de
venganza.
Estas características están escondidas
detrás de una apariencia de encanto y seducción que ejercen para captar a sus
víctimas y relacionarse en general (engañando a autoridades, policías,
abogados, psicólogos y médicos). Por lo general la mujer psicópata no se
muestra así de entrada jamás, dado que cualquier varón se le alejaría. Va
mostrándose de a poco.
Las víctimas serán personas que le
permitirán obtener algún beneficio. Sus parejas son elegidas con ese fin, al
igual que las amistades y la tolerancia con el resto de los miembros de su
familia.
No establecen contacto afectivo
profundo, sus relaciones son superficiales y no mueven su mundo emocional. La
mujer psicópata suele decir “yo soy así”, y encanta por la simpatía, la
audacia. Hipnotiza al varón.
Se dice que no tienen empatía. No la
tienen en el sentido que todos conocemos: la capacidad de ponerse en el lugar
del otro. Pero tienen una extraordinaria habilidad para captar emociones y
sentimientos ajenos. La mujer “estudiará” a su futura victima poniéndolo a
prueba en sus reacciones: un día le demanda por ejemplo que la lleve a algún
lugar o se encapricha con algo, y si el varón la complace, saben que pueden ir
por más. Cuanto más admirada y complacida se sienta, más posibilidades habrá de
que ese hombre sea su futura víctima.
Lo mismo suelen hacer con las amistades.
Por lo general la mujer psicópata no tiene amigas, sino conocidas temporarias.
No logran establecer vínculos profundos. Las mujeres suelen detectar pronto que
esta nueva conocida actúa bajo sus propios códigos y que genera confusión y
conflictos.
La mujer psicópata no registra que esté
comportándose en forma diferente y está acostumbrada a que mucha gente se le
aleje y que sus relaciones cambien, hechos que no les preocupa.
Todos los psicópatas utilizan la
triangulación como acto de manipulación. La triangulación significa que siempre
el psicópata trae un tercero al escenario. El objetivo es que ese tercero
provoque celos o sea “testigo” de la valoración que posee. La mujer psicópata
suele mencionarle a su pareja que un ex le obsequiaba favores y “sacrificios”
que él no hace, con el objetivo, de más está decirlo, que él se movilice por
celos, envidia o miedo.
A ella nada le es suficiente, nada le alcanza: ni el dinero, ni la atención, ni
los favores, ni los regalos, ni el suministro narcisista. Y nunca les
alcanzará, dado que ese vacío es imposible de llenar.
Muchas veces observan con sorpresa cómo
los demás se emocionan ante las mismas situaciones y suelen utilizarlo como
blancos de manipulación.
Con esta seducción como estrategia de
manipulación establecen relaciones utilitarias, intentan obtener beneficios que
consideran que les corresponden por derecho, teniendo casi todos ellos una vida
“parásita” (vivir de otros).
Para lograr sus objetivos de los que no se distraen, pueden desafiar
autoridades, leyes y no muestran miedo ante las consecuencias. Por el
contrario, intentan causar miedo a otros a través de palabras, amenazas, actos
o a través de alguna muestra de violencia. Pero su astucia le indica hasta
donde llegar sin exponerse demasiado.
Lo psicópatas, hombres y mujeres, son perfectamente conscientes de sus actos.
La
violencia perversa
Para la
Dra. Marie-France Hirigoyen, la violencia perversa es difícil de detectar por
los testimonios externos y es negada por el agresor/ra, que se niega a asumir
su responsabilidad en el problema y culpa a la víctima.
Para la
psiquiatra esto constituye una violencia adicional, que recae sobre la víctima
cuyo testimonio es despojado de credibilidad, lo que genera una violencia
reactiva en ésta.
La
violencia del perverso/a es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas pero
sí daños psicológicos que pueden ser de por vida. Esto constituye un tipo
de acoso moral, es
decir una repetición frecuente, intencionada, indirecta e invisible.
La
personalidad.
1. Encanto superficial.
2. Ausencia de alucinaciones y otros signos de pensamiento irracional.
3. Ausencia de nerviosismo o de manifestaciones psiconeuróticas.
4. Falsedad o insinceridad. Verdades a medias.
5. Incapacidad para experimentar remordimiento. Sin cargos de conciencia.
6. Dificultades para aprender de la experiencia.
7. Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
8. Escasez habitual de reacciones afectivas básicas (afectos poco profundos,
simulados).
9. Insensibilidad en las relaciones interpersonales ordinarias.
10. Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
11.
Locuacidad y encanto personal.
12.
Autoevaluación exagerada.
13.
Mentira patológica.
14.
Manipulación.
15.
Incapacidad para aceptar la responsabilidad de sus actos.
16.
Relaciones maritales alejadas.
17. No
sienten culpa ni remordimiento.
18. El
otro es “el complemento”.
19. La
mujer no usan la violencia física, sí la psicológica.
20. En
público rostro frágil, hasta inspiran ternura y compromiso.
21.
Cosifican al complemento (marido-otro).
22.
Usan métodos discretos, son metódicas y cuidadosas.
23.
Comportamiento público ejemplar.
24.
Son incorregible.
La
acosadora
Sobre
el perfil de la agresora. Es una relación perversa, según la psicoanalista
Marie-France Hirigoyen. La noción perversa narcisista, en
cambio, implica una estrategia de utilización del otro y luego su destrucción,
sin que se produzca ningún sentimiento de culpa. Según una pauta:
Características
de la acosadora.
Algunas
señales relativas a la personalidad y del perfil perverso narcisista.
1
Victimizar:
Hacer del otro su víctima para disminuir
la imagen defectuosa que tiene de sí mismo: tanto si es masculino, como si es
femenino, el proyecto de este sujeto son las apariencias engañosas.
Este sujeto, por otra parte maestro en el arte de la seducción y del
misterio, organiza, a través de un trabajo de zapa
psicológico, la demolición mental del otro, ya que es incapaz de respeto de la
dignidad humana.
2
Humillar:
Sus medios son los propios de la
desvalorización, la humillación, la denigración, y también del discurso
contradictorio y paradójico, de la polémica sistemática.
3
Culpabilizar:
Es difícil para el acosado de tomar
conciencia que está siendo manipulado, en la medida en que el
"verdugo" se arregla para no ser nunca tomado en flagrante delito y
así, hacer pasar al otro como culpable. Acosar, es saber invertir
las situaciones, acusar a otros de todas las culpas y de todos los males,
es arreglarse para desempeñar siempre el mejor papel. (Denuncias falsas en la
Justicia).