Noches

 

 

 

¿Cómo fue cuando increparon tus deseos?

Tiempos, dudas, preceptos; aristas inciertas.

Ya en otoño y con los frutos por fin conoces

con desazón lo que rondas y hoy germinan.

 

Fue ese mundo el indagado en tus sombras.

Lo haces igual al océano que cubre solitario, 

en el horizonte impiadoso, el cielo en llamas.

Es entonces cuando el ave adivina su nido.

 

¿Y la pequeña casa celada, como alucinada?

-es donde explotan en ecos batientes fuertes-

dulce, cálido, suave, tierno espacio hechizado

el que da refugio vehemente a las pasiones.

                             

Intricada en esa quebrada,  hoy impetuosa,

estrellas alucinan, imbatibles en tus noches.

 

 

          

 Brisas

 

Es tu boca, con los ojos y tus manos,

son las brisas de las noches en silencio,

cuando entregas con ardor el arco iris.

Rio Grande

 

 

Verdes

 

 

Verdes sauces los del Río Grande.

Tilcara.

 

Litoral de arenas, ternuras que surgen,

consentida ribera de livianos vientos.

Clama tu sauce, todas nuestras pausas,

Tus manos, tus labios y los míos, indagan.

 

Verde salguero, aun es sombra verde.

Verdes: Tardes verdes, verdes ramas,

siempre verdes en los estíos y el sueño.

Cobijan la espera  los verdes perennes.

 

Gemidos del tronco, resisten el viento;

las siestas envuelven, abrigan, ocultan.

La arena mi lecho, las ramas tu techo.

Agrestes riberas, impúdicos los hálitos.

 

Tus ojos profundos, manos muy dóciles

recorren, reclaman amores que brotan;

bríos tempranos que asoman llameantes.

Nacientes reclamos de amores recientes.

 

Verdes sauces, arropan sombras verdes.

Verde existencia, el verde de siempre.

 

Una casilla rodante aguarda a la orilla del río,

los árboles verdes cobijan la espera.

verano de 1957


( Verano de 1957)