"El Lecho de Procusto"
Cap. IV
“La Vida es Bella” Vs. “Un presente griego”
(“El Varón Castrado”)
Si una mujer (1) (inspirada en Damballah–Wedò:
“Señor de los tesoros” de la religión Haitiana) con intenciones
pecuniarias, hace una denuncia falsa afirmando que su marido (2) es
un fanático violento, el Juez (3) le decreta la
“perimetral” –sin investigación ni prueba alguna-. ¿Que implica
dicha categorización?:
1º) Perimetral: El alejamiento a una distancia no menor a los
trecientos metros de la vivienda edificada por él para la familia hacen 30 años
y donde creó, en un primer piso, un lugar esencial de estudios e
investigaciones con una profusa biblioteca: “su zona íntima, creativa.”(4)
2º) Perimetral: Prohibición en un complejo de locales -bien propio y
administrado por el calumniado- (5) . Allí, la acusadora,
ocupa una parte arbitrariamente, negándose a retirarse. (6)
3º) Perimetral: Como en cualquier otro lugar del mundo donde se
encuentre ella.
4º) Se obliga al “reo”, cuando recibe la primera notificación, a
retirarse de inmediato en forma incuestionable de su hogar y con lo puesto,
rapidito, mientras vigila un policía. ¡Lo dice la Ley!
5º) Se trabó embargo sobre sus ingresos (salvándose la
magra jubilación). Trataron de embargar el complejo, cuestión, esta última, a
que no hizo lugar la Juez. (7)
(En una ocasión y con el mandato judicial pertinente la Sra. se negó a
dejar pasar al oficial de justicia para retirar las pertenencias del expulsado.
La justicia no hizo nada ante semejante desobediencia).
(“Sin derecho al pataleo”)
Fue sometido a dos
psicodiagnósticos ordenado por la jueza; un tercero, con una junta, fue
solicitado por el mismo acusado; además, un cuarto realizado por iniciativa del
“violento” en consultorio particular con una reconocida profesional,
estudio que incorporó al expediente del juicio. ¡Ninguno de los informes
revelan características de violencia!
Pasados tres largos años, el “malhechor”, luego de leer “El
hombre en busca de sentido” del gran psiquiatra Viktor Frankl, quien
en época del nazismo, por ser judío, fue apresado y trasladado a
campos de concentración. Al llegar a la estación de Auschwitz fue
“desvestido” física y psíquicamente, cambiando su identidad por un numero
tatuado en el brazo (¿Como el Nº de expediente en la Justicia nuestra?). Es así
que el “reo” se vio impelido –recordando su travesía por
la Antropología con Lèvi Strauss y las lecturas de “Mitologías” y
“Pensamiento Salvaje”- a busca alivio a perversos infortunios terrenos.
Cansado ya de lo ritual decorativo que acontece desde el bautizo, acude a su
memoria el transcendental sincretismo afroamericano de la religión Vudú con
fuerzas vitales y el ritmo musical de los tambores. Invoca al intercesor
“Loas”: el “Dios que abre las barreras”, para que se haga
justicia y por fin poder ingresar al “bien propio” -su lugar de laburo- el que
construyo e inauguró hacen más de 30 años. Una parte de ese lugar es
el que invade indebido la mujer y desde donde proclama injurias, amenazas y
denuncias en contra de su ex marido; edificio que, por más de tres primaveras,
fue abandonado a su suerte por ausencia –obligada- de su dueño y administrador.
(¡¡La perimetral!!).
(“Dineros del sacristán, cantando se vienen y cantando se van”)
____________
¡¡Y las apelaciones dieron resultado!!: Suena el teléfono celular, es
una llamada del letrado.
-Hola.
-Hola doctor. –Contesta.
-¡Tiene que venir YA al juzgado! Es por la perimetral.
-¡¡Buenísimo, Voy!!
(“El parto de los montes”)
____________
Desde el departamento que alquila hasta Tribunales tarda, en automóvil,
media hora. Necesariamente pasa por la zona del Complejo Comercial que edificó
antes de casarse y lo administraba. Desde la sentencia de alejamiento
forzoso tiene que hacerlo por calles equidistantes de su hogar
y el lugar de trabajo. El Juzgado, ante la delirante denuncia de que
el individuo es peligroso en cuestión de terror de género --varón contra mujer,
como está instalado en la sociedad, fogueado por la realidad de la locura masculina;
desconociendo las estadísticas: una mujer perversa por tres o cuatro hombres de
igual calaña--(a) le impuso la “perimetral”. Como se
dijo: por un lado, el no acercamiento a la casa familiar que construyó él sobre
un terreno de ella; por el otro, al citado Centro Comercial (un bien
propio antes del casamiento) por ser este el lugar donde ella ocupa
en forma ilegal y gratuita los mejores locales.
(“Gozando de la fresca viruta”)
Finalmente, no puede acercarse a cualquier lugar del mundo donde ella
pudiera estar. En consecuencias el denunciado, desde hacen años, no
se puede aproximar al territorio de su propiedad ni a la vivienda.
Debe fisgonear antes de entrar a cualquier parte: no vaya a ser que esté la
Sra.
(“Más vale rodear que mal pasar”)
¡Nunca
presentaron prueba alguna de las atrocidades que le endilgan
periódicamente en sede policial y judicial! (admitido por la Ley): solo
imputaciones falsas. No obstante el castigo debe cumplirse so pena de ir a un
calabozo por desobediencia.
¡Siempre, con el temor del encuentro accidental!
(“Al peligro, con tiento, y al remedio, con tiempo”)
Ya en sede judicial ingresa esquivando un enjambre de abogados, mujeres
con niños y ancianos hasta llegar a la mesa de entradas del Juzgado. (Implora
a “Ogùm, Señor de las tormentas”). En diez minutos llega a sus manos el
escrito que tanto anheló; el
pliego es leído y releído. Siente un enorme alivio. Una brisa celestial
absolutoria depura la mañana. Ocurre luego de largos años del inicio de la primera
cruzada; en este caso para reconquistar su espacio.
(“La mar en coche”)
Toda esta historia fue prolijamente pergeñada por un
inhumano equipo compuesto por: la Sra.(1) y una
letrada sin parámetros éticos ni morales (8) (“Ser
unas Arpías”) y otras más: ¿la defensora? (9), dos
psiquiatras (10), dos psicólogas (11),
familiares (12) y la empleada encargada fiel (13) (“Juntarse
el hambre con las ganas de comer”).
(“El dinero no tiene olor”)
(¡¡Familiares muy cercana de la querellante (14) y
dos amigas (15) propuestas como testigos por la señora, no
asistieron a ninguna de las audiencias para legitimar en contra del
esposo!!)
(“NO vender el alma al diablo”)
Según la interpretación de un equipo consultado y dedicado a
violencia de género (16) , llegó a un veredicto: “El móvil
de la inculpación puede ser la declaración de “insania” del denunciado
para quedarse, de este modo, con la totalidad de bienes: los propios y
gananciales”. El apremiante consejo del equipo fue: “Pedí mañana mismo
el divorcio…”
(“Manos duchas comen truchas”)
Según
la internacionalmente famosa especialista francesa en este tema: Mary France
Hirigoyen: (b) se trata del “acoso psicológico”;
minuciosamente preparado por la abogada, su clienta y las otras señoras:
¡un pillaje!
(“Aunque las monas se vistan de seda, monas se quedan”)
____________
-¿Quiere decir que ya puedo ingresar a mi trabajo? –Pregunta.
-Exactamente. –Afirma el letrado.
-¿Seguro?
-Sí.
-Pero hoy no. Tienen que notificar a la otra parte. ¿Mañana entonces?
–razona.
-Sí. Mejor.
-Gracias.
-Después me cuentas…
-Claro… ¡Aleluyaaa…! -Sale disparado del enorme edificio
judicial.
(Con las glorias se olvidan las memorias”)
A
las dos de la mañana, enredado en las sábanas de la cama, sigue despierto
imaginando lo que acontecería en el debut. Se despierta, luego de darse un
baño, vestirse y desayunar, saca el automóvil del cobertizo;
parte hasta empalmar con una avenida; recorre a continuación otra,
la que tenía vedada. Estaciona en la parte trasera del Complejo, sobre la otra
calle, por si acaso… ¡¡Entra!!
(“La suerte está echada”)
Al ingresar observa aquello que supo edificar con esfuerzo:
la edificación, los techos inclinados, el piso rustico, las vidrieras, los
faroles, el cantero central, las grandes macetas, todo, hasta el último
detalle. Al llegar a su oficina siente una alegría reprimida: es el lugar donde
trabajó muchas décadas, hasta el día que lo mudaron a la condición de
“convicto”. Abre la puerta con la llave de entonces y funciona bien,
todo está como era en aquel tiempo: advierte que el bolígrafo de color rojo
permanece encima del escritorio, la silla corrida como en las
retiradas; imbuido de una paz infinita se sienta, en silencio recorre
lugares y recuerdos; descubre algunas telas de arañas, una delgada capa de
polvo celebra la ausencia.
(“A buen callar llaman Sancho”)
Antes de que le hicieran la denuncia es sometido a provocaciones:
siempre en voz baja la Sra. pronuncia agravios varios buscando respuestas
violentas y que lleguen a los oídos de la empleada (17),
también micrófono oculto, filmadora, controles de desplazamientos,
pinchaduras telefónicas, batidores y hasta una misteriosa toma fotográfica al
automóvil estacionado donde vive por parte de una mujer, hecho que presenció y
les comunicó el vecino (18). Como corolario, y a consecuencia
del extraño evento fotográfico ocurrieron, pocos días después en otra ciudad,
dos consecutivos destrozos del vehículo con la “desaparición” de
todos los documentos y las escrituras originales destinadas al juicio: Patoterismo
variopinto, pillaje general. Asociación ilícita: ¡¿Demolición
psicológica?! (Los acontecimientos fueron denunciados en la seccional policial
correspondiente).
(“No hay enemigo pequeño”)
Camina el pasillo de su Complejo, recorre con la mirada los locales, re descubre a los inquilinos; llueven saludos solidarios… Están todos los que
eran años atrás.
(Obras son amores, y no buenas razones)
La novedad: Operarios en el centro de la callejuela trabajan un pequeño
tramo de canaleta (19).
-Hola. –Saluda a los obreros.
-Buen día. –Responde el Jefe.
-¿Quién te pidió que vinieras? ¿Qué estás haciendo?
-Me llamaron para este trabajo…
-Está bien. Pero… ¿Quién te dijo que lo hicieras?
-La señora…
Queda pensativo… Es un trabajo de mantenimiento que le incumbe a él como
administrador.
-Esto me corresponde. Soy yo el responsable. ¿Cuánto cuesta tu trabajo?
-Doce mil pesos.
-De acuerdo, mañana te pago.
-Bueno.
Al otro día, con el dinero en el bolsillo, se reencuentra con el
operario jefe.
-Tengo el dinero para pagarte.
-No puedo recibirlo. La señora me prohibió que lo acepte.
Le desconcierta la respuesta. Piensa…
-De acuerdo, pero detené el trabajo hasta que averigüe.
-Sí.
Y el trabajador se dirige a los ayudantes ordenando que interrumpan las
tareas; luego habla con un celular. Mientras se comunica el operario, el dueño
se retira hasta la oficina y consulta por teléfono con su letrado, quien
aconseja que si lo que arreglan corresponde a los locales ocupados por la
señora, permita que sigan con la tarea y evitar pretextos para generar
violencias.
-Está bien, puedes continuar –le dice al jefe del grupo- aunque esto me
corresponde a mí. Además necesito que me completes el trabajo en el
resto, todo por mi cuenta, soy yo el dueño.
-Si. Como usted diga.
(La que de ajeno se viste, en la calle la desnudan”)
Regresa hasta su vehículo, para ubicarlo en la avenida, frente al
edificio. Arranca y avanza en forma lenta. Le llama la atención un patrullero
que divisa por el espejo retrovisor: acelera, acelera el patrullero; frena,
frena... ¿Persecución? En la vereda derecha, unos metros más adelante, dos
agentes de a pie no le sacan la mirada de encima. Para el automóvil,
baja el vidrio, abre la puerta, espera que se aproximen los
uniformados.
-Hola. –Saluda a los dos funcionarios y advierte confusión entre los
policías. ¿Quién los llamó? ¿Esperaban que salga huyendo? Silencio total… Finalmente se animan:
-Buen… Buen día...
-¿Necesitan algo? –Les pregunta.
-No. No… Nada… –Continúan ahora totalmente desorientados.
-¡Como los veo que me siguen con la mirada, y además un patrullero viene
por detrás…!!
-No… No… No pasa nada. –Concluye el de mayor graduación. Sube al
automóvil y continua su trayectoria más tranquilo.
(“No por el huevo, sino por el fuero”)
Iniciar un recorrido de reconocimiento por el barrio y para enfrente de
la comisaria, efectivamente no pasa nada. Gira en la esquina y termina
estacionando al frente del Complejo, baja y se dirige a uno de los locales.
Allí está el inquilino que le dio una mano durante su eclipse. Transcurrió con
él un buen rato enterándose de lo acontecido en tanto tiempo. Al salir de la
oficina; ante su sorpresa, ahora se encuentra con cuatro policías en la puerta,
dos son mujeres, una de ellas lo interroga:
-Usted es…
-Si yo soy. ¿Necesitan algo?
-Tiene que acompañarnos a la Seccional.
-¿Qué pasa?
-Usted no puede estar aquí. Debe acompañarnos. Es una orden.
En la entrada del Complejo divisa un enjambre vigilante que mira lo que
acontece, ahora también aparece el patrullero. Aquello rayaba en lo
desopilante: ¿mil policías contra un despistado ciudadano que no acierta a
entender para quien era aquel avispero color azul.
(“Se armó la gorda”)
Silencio… Piensa… Mira a la concurrencia. Abre el portafolio y extrae
la orden libertaria del juzgado, la que autoriza su ingreso al
Complejo, se lo extiende a una de las uniformadas; quien lee y vuelve a leer la
notificación, el gesto cambia, oscila entre severo marcial a blando maternal;
pasa la cédula al resto del equipo, el pliego va y vuelve entre ellos; opera
un desorden. La que ordenó que se entregara
permanece inmóvil.
(Aquello le recordó el episodio bíblico de la esposa de Lot, Edith,
cuando quedo dura, convertida en sal).
¡¡Desconcierto, irresolución, perplejidad!!
El propio “liberado” resuelve poner orden:
-No hay problema señora agente, vamos ya a la comisaría. Ahora yo que
quiere ir. –Les comunica. ¡Se siente esclarecido! Invita a uno de ellos a
trasladarse en su vehículo. Luego de un cenáculo policial en la vereda, el
patrullero desaparece.
En las dependencias de la Seccional lo hacen pasar a una habitación de
la derecha. Un policía está detrás del escritorio; le pide que se
siente, no habla al principio y se muestra como distraído.
Finalmente rompe el silencio:
-Yo también tuve dos divorcios. –Comenta despreocupado mirando de reojo.
Ahora el preocupado es el visitante: “¿Cómo sabía este señor que cargo
con dos separaciones? ¿Me tira la lengua? ¿Es un semblanteador?
¿Qué pretende?” –Piensa. Finalmente se decide a contar el entuerto:
-¿Usted conoce al periodista y psicólogo que escribe una columna en el
diario…? –Le pregunta al policía.
-Sí. –Responde.
-¿Y al abogado penalista que trabaja con el…?
-Sí.
-Bueno. Le cuento: hacen tres años, cuando recibí la primera
notificación que me obligaba a salir de mi hogar y como no entendía nada de nada,
fui a ver al psicólogo y periodista…; él dirige un equipo de abogados y
licenciados que trabajan el tema de violencia de género (16).
Luego de leer la cédula que recibí en mí casa conminándome al abandono, me
pidió que se la deje y regrese al otro día. Así cumplí. Cuando llegué, al día
siguiente, repasó detenidamente en voz alta la acusación. Luego de
algunos comentarios concluyó: “Tienes que pedir mañana mismo el divorcio” (“Boda
y mortaja del cielo bajan”). Podría ocurrir que pretendan declararte insano;
esto haría para quedarse con la administración de todos los bienes: propios y
gananciales; luego te buscarían un lugar para que vivas. Una extrañación”.
(“Si buen consejo tomara, otro gallo le cantara”)
“Es conveniente que, mañana mismo, gestiones el divorcio. Para eso
puedes ver al abogado…”
(“Metele que son pasteles”)
Terminado su relato espera que diga algo el policía. Callado permanece
en el escritorio mirando la pared, pensativo… El silencio se impuso. De pronto entra una oficial que le entrega, en mano,
un manuscrito de una carilla que lee en silencio. El visitante pide ver la
comunicación; “no está permitido hacerlo” responde.
-¿Sabe quiénes están en la habitación de la izquierda? –Se confiesa el
funcionario.
-¿Quién?
-La señora, viene del Complejo.
-¡¡Nooo…!! ¡No me diga! ¿Estaba en los locales? ¡¡Y por la mañana no
puede!! ¿Y qué hace aquí?
-Bueno, ahora lo denuncia porque no cumplió con la perimetral, quiere
que lo arresten. –Silencio… Y continúa: -Ella viene con frecuencia a exponer
contra usted.
¡Los prodigios invaden la mente del “reo”. ¡¡¡Otra mentira!!!
(“La mano de Dios”)
-¡No puedo creer! –Exclama el inculpado.
-No hace caso a la autorización que dio ayer el Juez para que
usted sí pueda ingresar por las mañanas y ella no.
-¡¡BUENÍSIMO!! Incurre en “desobediencia judicial”, tiene prohibido
concurrir por las mañanas! Hoy es sábado y son las once y media. ¡¡No cumple la
orden del Juez!!
(“La letra con sangre entra”)
La despedida fue hasta cordial, solo falto el beso de cortesía. Con cien
quilos de menos, salió solo, sin custodia.
(“Poner los pies en Polvorosa”)
Se dirigió nuevamente al Complejo. Al ingresar lo llama uno de los
inquilinos:
-Por favor, venga. Entremos al estudio.
-Sí, Como no. ¿Qué pasa?
-Cuando usted llego y fue para atrás, salió la Sra. y en la vereda
comenzó a vociferar en forma violenta un montón de cosas, uno de los tantos
gritos, y que me llamo la atención, fue: “¡Aquí no entra nadie…!” ¡Estaba
desorbitada! No sé a qué se refería. Después llamó por celular y apareció el
patrullero policial con un montón de agentes. Lo buscaban a usted.
(“Ponerse como una basilisca”)
-No se haga problema, fui a la seccional y todo está solucionado.
Tranquilícese, ya terminó. Fui para explicar. Es la estrategia de la
otra parte: provocar y provocar…
-¡Si…!
-Nos veremos a diario por las mañanas.
-Me quedo tranquilo…
(Decíamos ayer…)
A pocos días y sin invocación alguna, recibió una bendición: el
invalorable apoyo de una ex juez: la bien recordada primera esposa.
(Suenan tambores Vudú invocando al Gran Bua)
____________
“Les gens que vous tuez se portent assez bien”.
(Aquellos que usted mata andan bastante bien. –Acto VI, escena II. “Le
Menteur”-)
(“Dios no juega a los dados”- Einstein -)
(“Renacer de las cenizas” - Ave Fénix -)
Pasados diez años de perimetral, incomunicación, carencias, perdida de objetos personales, biblioteca, etc. (2015 -- 2024 = 10 años) la acusadora se presentó (a instancias de su "abogada") en la
seccional policial para manifestar que el denunciado no es violento: curiosamente muy pocos días después se promulgó la ley por la cual el Juez debe juzgar las denuncias
falsas de violencia… (2024 - 2025).
"Soplar y sorber no puede ser"
"Poner los pies en polvorosa"
"Hacerse humo"
“Ladran Sancho, señal que cabalgamos”
(a) Dr.
Hugo Marietán (destacado psiquiatra argentino):”archivo” el expediente. Esto
ocurre muy acepta como valida las denuncias por poco tiempo antes de una nueva
ley que
Según
explica en la entrevista con el diario LA NACIÓN (2009): "Hay un tres
por ciento de la población con características psicopáticas. Es decir,
1.200.000 personas en la Argentina. La relación es de tres varones por
cada mujer. Son 300.000 damas y 900.000 caballeros"...
(b)
Dra. Mary France Hirigoyen (la psiquiatra francesa especialista en
psicopatías más reconocida en el mundo.):
“Acción
mancomunada y táctica de acoso y derribo psicológico que llevan a cabo varios
familiares, -entre los que se haya un/una instigador/a perversa narcisista o
psicópata socialmente integrado/a-, que, conscientemente, desea
neutralizar, eliminar o expulsar a otro familiar. Se produce, entonces, un
fenómeno tan antiguo como la historia de la humanidad: El linchamiento de
una víctima inocente. Las expresiones chivo expiatorio, cabeza de turco, oveja
negra y patito feo describen y explican efectos y aspectos que hacen
más comprensible este devastador fenómeno. Acosar a alguien en su
entorno habitual supone condenar a la víctima a su total desestabilización
psicológica, afectiva, económica y social. El resultado puede ser el
desarraigo, la marginalidad, la asunción de hábitos auto-destructivos
(tabaquismo, alcoholismo, drogodependencia, etc.) o, frecuentemente, es la
causa de que la víctima, que se ve incapaz de recuperar el equilibrio perdido,
-a no ser que sea ayudada por terceras personas-, sea empujada al
suicidio. En cualquier caso, el daño causado es prácticamente irreparable
y, por ello, es considerado un delito penal de gravedad debido
a la profunda lesión psico-social que padece la víctima maltratada
y estigmatizada.” Esta característica se da más en mujeres contra hombres.
____________________________
Definición
de la Real Academia.
Mentira:
“Mentir
es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa.”
Engañar.
“Dar
a la mentira apariencia de verdad".
_________
"El
lecho de Procusto" “Es una expresión proverbial que
se refiere a quienes pretenden acomodar siempre la realidad a sus intereses o
su visión de las cosas…” _______________
"No asistimos a un momento de mera crisis
coyuntural, sino quizá de verdaderas mutaciones antropológicas y cambios
radicales en la civilización. El retorno a las cavernas puede emprenderse
también por el camino que prometía alejarnos de ella..."
"La pulsión desatada, en estado puro, sin
límites, no requiere de fundamentos ni sigue los desafiadores(as) del lenguaje
y la reflexión.
El actuar violentamente en manada, sin consideración por
los otros, manifiesta a la vez identificaciones, asociadas en estos casos a
"ideales" grupales de hedonismo, egolatría..."
Antonio Ramón Gutiérrez
Escritor
y psicólogo.
“El
Tribuno”
14 de febrero de 2020.-
“LA VIDA ES
bella”
El Lecho de Procusto
Cap. IV
“La Vida es Bella” Vs. “Un presente griego”
(“El Varón Castrado”)
Si una mujer (1) (inspirada en Damballah–Wedò:
“Señor de los tesoros” de la religión Haitiana) con intenciones
pecuniarias, hace una denuncia falsa afirmando que su marido (2) es
un fanático violento, el Juez (3) le decreta la
“perimetral” –sin investigación ni prueba alguna-. ¿Que implica
dicha categorización?:
1º) Perimetral: El alejamiento a una distancia no menor a los
trecientos metros de la vivienda edificada por él para la familia hacen 30 años
y donde creó, en un primer piso, un lugar esencial de estudios e
investigaciones con una profusa biblioteca: “su zona íntima, creativa.”(4)
2º) Perimetral: Prohibición en un complejo de locales -bien propio y
administrado por el calumniado- (5) . Allí, la acusadora,
ocupa una parte arbitrariamente, negándose a retirarse. (6)
3º) Perimetral: Como en cualquier otro lugar del mundo donde se
encuentre ella.
4º) Se obliga al “reo”, cuando recibe la primera notificación, a
retirarse de inmediato en forma incuestionable de su hogar y con lo puesto,
rapidito, mientras vigila un policía. ¡Lo dice la Ley!
5º) Se trabó embargo sobre sus ingresos (salvándose la
magra jubilación). Trataron de embargar el complejo, cuestión, esta última, a
que no hizo lugar la Jueza. (7)
(En una ocasión y con el mandato judicial pertinente la Sra. se negó a
dejar pasar al oficial de justicia para retirar las pertenencias del expulsado.
La justicia no hizo nada ante semejante desobediencia).
(“Sin derecho al pataleo”)
Fue sometido a dos
psicodiagnósticos ordenado por la jueza; un tercero, con una junta, fue
solicitado por el mismo acusado; además, un cuarto realizado por iniciativa del
“violento” en consultorio particular con una reconocida profesional,
estudio que incorporó al expediente del juicio. ¡Ninguno de los informes
revelan características de violencia!
Pasados tres largos años, el “malhechor”, luego de leer “El
hombre en busca de sentido” del gran psiquiatra Viktor Frankl, quien
en época del nazismo, por ser judío, fue apresado y trasladado a
campos de concentración. Al llegar a la estación de Auschwitz fue
“desvestido” física y psíquicamente, cambiando su identidad por un numero
tatuado en el brazo (¿Como el Nº de expediente en la Justicia nuestra?). Es así
que el “reo” se vio impelido –recordando su travesía por
la Antropología con Lèvi Strauss y las lecturas de “Mitologías” y
“Pensamiento Salvaje”- a busca alivio a perversos infortunios terrenos.
Cansado ya de lo ritual decorativo que acontece desde el bautizo, acude a su
memoria el transcendental sincretismo afroamericano de la religión Vudú con
fuerzas vitales y el ritmo musical de los tambores. Invoca al intercesor
“Loas”: el “Dios que abre las barreras”, para que se haga
justicia y por fin poder ingresar al “bien propio” -su lugar de laburo- el que
construyo e inauguró hacen más de 30 años. Una parte de ese lugar es
el que invade indebido la mujer y desde donde proclama injurias, amenazas y
denuncias en contra de su ex marido; edificio que, por más de tres primaveras,
fue abandonado a su suerte por ausencia –obligada- de su dueño y administrador.
(¡¡La perimetral!!).
(“Dineros del sacristán, cantando se vienen y cantando se van”)
____________
¡¡Y las apelaciones dieron resultado!!: Suena el teléfono celular, es
una llamada del letrado.
-Hola.
-Hola doctor. –Contesta.
-¡Tiene que venir YA al juzgado! Es por la perimetral.
-¡¡Buenísimo, Voy!!
(“El parto de los montes”)
____________
Desde el departamento que alquila hasta Tribunales tarda, en automóvil,
media hora. Necesariamente pasa por la zona del Complejo Comercial que edificó
antes de casarse y lo administraba. Desde la sentencia de alejamiento
forzoso tiene que hacerlo por calles equidistantes de su hogar
y el lugar de trabajo. El Juzgado, ante la delirante denuncia de que
el individuo es peligroso en cuestión de terror de género --varón contra mujer,
como está instalado en la sociedad, fogueado por la realidad de la locura masculina;
desconociendo las estadísticas: una mujer perversa por tres o cuatro hombres de
igual calaña--(a) le impuso la “perimetral”. Como se
dijo: por un lado, el no acercamiento a la casa familiar que construyó él sobre
un terreno de ella; por el otro, al citado Centro Comercial (un bien
propio antes del casamiento) por ser este el lugar donde ella ocupa
en forma ilegal y gratuita los mejores locales.
(“Gozando de la fresca viruta”)
Finalmente, no puede acercarse a cualquier lugar del mundo donde ella
pudiera estar. En consecuencias el denunciado, desde hacen años, no
se puede aproximar al territorio de su propiedad ni a la vivienda.
Debe fisgonear antes de entrar a cualquier parte: no vaya a ser que esté la
Sra.
(“Más vale rodear que mal pasar”)
¡Nunca
presentaron prueba alguna de las atrocidades que le endilgan
periódicamente en sede policial y judicial! (admitido por la Ley): solo
imputaciones falsas. No obstante el castigo debe cumplirse so pena de ir a un
calabozo por desobediencia.
¡Siempre, con el temor del encuentro accidental!
(“Al peligro, con tiento, y al remedio, con tiempo”)
Ya en sede judicial ingresa esquivando un enjambre de abogados, mujeres
con niños y ancianos hasta llegar a la mesa de entradas del Juzgado. (Implora
a “Ogùm, Señor de las tormentas”). En diez minutos llega a sus manos el
escrito que tanto anheló; el
pliego es leído y releído. Siente un enorme alivio. Una brisa celestial
absolutoria depura la mañana. Ocurre luego de largos años del inicio de la primera
cruzada; en este caso para reconquistar su espacio.
(“La mar en coche”)
Toda esta historia fue prolijamente pergeñada por un
inhumano equipo compuesto por: la Sra.(1) y una
letrada sin parámetros éticos ni morales (8) (“Ser
unas Arpías”) y otras más: ¿la defensora? (9), dos
psiquiatras (10), dos psicólogas (11),
familiares (12) y la empleada encargada fiel (13) (“Juntarse
el hambre con las ganas de comer”).
(“El dinero no tiene olor”)
(¡¡Familiar[AL1] es muy cercana de la querellante (14) y
dos amigas (15) propuestas como testigos por la señora, no
asistieron a ninguna de las audiencias para legitimar en contra del
esposo!!)
(“NO vender el alma al diablo”)
Según la interpretación de un equipo consultado y dedicado a
violencia de género (16) , llegó a un veredicto: “El móvil
de la inculpación puede ser la declaración de “insania” del denunciado
para quedarse, de este modo, con la totalidad de bienes: los propios y
gananciales”. El apremiante consejo del equipo fue: “Pedí mañana mismo
el divorcio…”
(“Manos duchas comen truchas”)
Según
la internacionalmente famosa especialista francesa en este tema: Mary France
Hirigoyen: (b) se trata del “acoso psicológico”;
minuciosamente preparado por la abogada, su clienta y las otras señoras:
¡un pillaje!
(“Aunque las monas se vistan de seda, monas se quedan”)
____________
-¿Quiere decir que ya puedo ingresar a mi trabajo? –Pregunta.
-Exactamente. –Afirma el letrado.
-¿Seguro?
-Sí.
-Pero hoy no. Tienen que notificar a la otra parte. ¿Mañana entonces?
–razona.
-Sí. Mejor.
-Gracias.
-Después me cuentas…
-Claro… ¡Aleluyaaa…! -Sale disparado del enorme edificio
judicial.
(Con las glorias se olvidan las memorias”)
A
las dos de la mañana, enredado en las sábanas de la cama, sigue despierto
imaginando lo que acontecería en el debut. Se despierta, luego de darse un
baño, vestirse y desayunar, saca el automóvil del cobertizo;
parte hasta empalmar con una avenida; recorre a continuación otra,
la que tenía vedada. Estaciona en la parte trasera del Complejo, sobre la otra
calle, por si acaso… ¡¡Entra!!
(“La suerte está echada”)
Al ingresar observa aquello que supo edificar con esfuerzo:
la edificación, los techos inclinados, el piso rustico, las vidrieras, los
faroles, el cantero central, las grandes macetas, todo, hasta el último
detalle. Al llegar a su oficina siente una alegría reprimida: es el lugar donde
trabajó muchas décadas, hasta el día que lo mudaron a la condición de
“convicto”. Abre la puerta con la llave de entonces y funciona bien,
todo está como era en aquel tiempo: advierte que el bolígrafo de color rojo
permanece encima del escritorio, la silla corrida como en las
retiradas; imbuido de una paz infinita se sienta, en silencio recorre
lugares y recuerdos; descubre algunas telas de arañas, una delgada capa de
polvo celebra la ausencia.
(“A buen callar llaman Sancho”)
Antes de que le hicieran la denuncia es sometido a provocaciones:
siempre en voz baja la Sra. pronuncia agravios varios buscando respuestas
violentas y que lleguen a los oídos de la empleada (17),
también micrófono oculto, filmadora, controles de desplazamientos,
pinchaduras telefónicas, batidores y hasta una misteriosa toma fotográfica al
automóvil estacionado donde vive por parte de una mujer, hecho que presenció y
les comunicó el vecino (18). Como corolario, y a consecuencia
del extraño evento fotográfico ocurrieron, pocos días después en otra ciudad,
dos consecutivos destrozos del vehículo con la “desaparición” de
todos los documentos y las escrituras originales destinadas al juicio: Patoterismo
variopinto, pillaje general. Asociación ilícita: ¡¿Demolición
psicológica?! (Los acontecimientos fueron denunciados en la seccional policial
correspondiente).
(“No hay enemigo pequeño”)
Camina el pasillo de su Complejo, recorre con la mirada los locales,
redescubre a los inquilinos; llueven saludos solidarios… Están todos los que
eran años atrás.
(Obras son amores, y no buenas razones)
La novedad: Operarios en el centro de la callejuela trabajan un pequeño
tramo de canaleta (19).
-Hola. –Saluda a los obreros.
-Buen día. –Responde el Jefe.
-¿Quién te pidió que vinieras? ¿Qué estás haciendo?
-Me llamaron para este trabajo…
-Está bien. Pero… ¿Quién te dijo que lo hicieras?
-La señora…
Queda pensativo… Es un trabajo de mantenimiento que le incumbe a él como
administrador.
-Esto me corresponde. Soy yo el responsable. ¿Cuánto cuesta tu trabajo?
-Doce mil pesos.
-De acuerdo, mañana te pago.
-Bueno.
Al otro día, con el dinero en el bolsillo, se reencuentra con el
operario jefe.
-Tengo el dinero para pagarte.
-No puedo recibirlo. La señora me prohibió que lo acepte.
Le desconcierta la respuesta. Piensa…
-De acuerdo, pero detené el trabajo hasta que averigüe.
-Sí.
Y el trabajador se dirige a los ayudantes ordenando que interrumpan las
tareas; luego habla con un celular. Mientras se comunica el operario, el dueño
se retira hasta la oficina y consulta por teléfono con su letrado, quien
aconseja que si lo que arreglan corresponde a los locales ocupados por la
señora, permita que sigan con la tarea y evitar pretextos para generar
violencias.
-Está bien, puedes continuar –le dice al jefe del grupo- aunque esto me
corresponde a mí. Además necesito que me completes el trabajo en el
resto, todo por mi cuenta, soy yo el dueño.
-Si. Como usted diga.
(La que de ajeno se viste, en la calle la desnudan”)
Regresa hasta su vehículo, para ubicarlo en la avenida, frente al
edificio. Arranca y avanza en forma lenta. Le llama la atención un patrullero
que divisa por el espejo retrovisor: acelera, acelera el patrullero; frena,
frena... ¿Persecución? En la vereda derecha, unos metros más adelante, dos
agentes de a pie no le sacan la mirada de encima. Para el automóvil,
baja el vidrio, abre la puerta, espera que se aproximen los
uniformados.
-Hola. –Saluda a los dos funcionarios y advierte confusión entre los
policías. ¿Quién los llamó? ¿Esperaban que salga huyendo? Silencio total… Finalmente se animan:
-Buen… Buen día...
-¿Necesitan algo? –Les pregunta.
-No. No… Nada… –Continúan ahora totalmente desorientados.
-¡Como los veo que me siguen con la mirada, y además un patrullero viene
por detrás…!!
-No… No… No pasa nada. –Concluye el de mayor graduación. Sube al
automóvil y continua su trayectoria más tranquilo.
(“No por el huevo, sino por el fuero”)
Iniciar un recorrido de reconocimiento por el barrio y para enfrente de
la comisaria, efectivamente no pasa nada. Gira en la esquina y termina
estacionando al frente del Complejo, baja y se dirige a uno de los locales.
Allí está el inquilino que le dio una mano durante su eclipse. Transcurrió con
él un buen rato enterándose de lo acontecido en tanto tiempo. Al salir de la
oficina; ante su sorpresa, ahora se encuentra con cuatro policías en la puerta,
dos son mujeres, una de ellas lo interroga:
-Usted es…
-Si yo soy. ¿Necesitan algo?
-Tiene que acompañarnos a la Seccional.
-¿Qué pasa?
-Usted no puede estar aquí. Debe acompañarnos. Es una orden.
En la entrada del Complejo divisa un enjambre vigilante que mira lo que
acontece, ahora también aparece el patrullero. Aquello rayaba en lo
desopilante: ¿mil policías contra un despistado ciudadano que no acierta a
entender para quien era aquel avispero color azul.
(“Se armó la gorda”)
Silencio… Piensa… Mira a la concurrencia. Abre el portafolio y extrae
la orden libertaria del juzgado, la que autoriza su ingreso al
Complejo, se lo extiende a una de las uniformadas; quien lee y vuelve a leer la
notificación, el gesto cambia, oscila entre severo marcial a blando maternal;
pasa la cédula al resto del equipo, el pliego va y vuelve entre ellos; opera
una desorganización. La que ordenó que se entregara
permanece inmóvil.
(Aquello le recordó el episodio bíblico de la esposa de Lot, Edith,
cuando quedo dura, convertida en sal).
¡¡Desconcierto, irresolución, perplejidad!!
El propio “liberado” resuelve poner orden:
-No hay problema señora agente, vamos ya a la comisaría. Ahora yo que
quiere ir. –Les comunica. ¡Se siente esclarecido! Invita a uno de ellos a
trasladarse en su vehículo. Luego de un cenáculo policial en la vereda, el
patrullero desaparece.
En las dependencias de la Seccional lo hacen pasar a una habitación de
la derecha. Un policía está detrás del escritorio; le pide que se
siente, no habla al principio y se muestra como distraído.
Finalmente rompe el silencio:
-Yo también tuve dos divorcios. –Comenta despreocupado mirando de reojo.
Ahora el preocupado es el visitante: “¿Cómo sabía este señor que cargo
con dos separaciones? ¿Me tira la lengua? ¿Es un semblanteador?
¿Qué pretende?” –Piensa. Finalmente se decide a contar el entuerto:
-¿Usted conoce al periodista y sicólogo que escribe una columna en el
diario…? –Le pregunta al policía.
-Sí. –Responde.
-¿Y al abogado penalista que trabaja con el…?
-Sí.
-Bueno. Le cuento: hacen tres años, cuando recibí la primera
notificación que me obligaba a salir de mi hogar y como no entendía nada de nada,
fui a ver al psicólogo y periodista…; él dirige un equipo de abogados y
licenciados que trabajan el tema de violencia de género (16).
Luego de leer la cédula que recibí en mí casa conminándome al abandono, me
pidió que se la deje y regrese al otro día. Así cumplí. Cuando llegué, al día
siguiente, repasó detenidamente en voz alta la acusación. Luego de
algunos comentarios concluyó: “Tienes que pedir mañana mismo el divorcio” (“Boda
y mortaja del cielo bajan”). Podría ocurrir que pretendan declararte insano;
esto haría para quedarse con la administración de todos los bienes: propios y
gananciales; luego te buscarían un lugar para que vivas. Una extrañación”.
(“Si buen consejo tomara, otro gallo le cantara”)
“Es conveniente que, mañana mismo, gestiones el divorcio. Para eso
puedes ver al abogado…”
(“Metele que son pasteles”)
Terminado su relato espera que diga algo el policía. Callado permanece
en el escritorio mirando la pared, pensativo… El silencio se impuso. De pronto entra una oficial que le entrega, en mano,
un manuscrito de una carilla que lee en silencio. El visitante pide ver la
comunicación; “no está permitido hacerlo” responde.
-¿Sabe quiénes están en la habitación de la izquierda? –Se confiesa el
funcionario.
-¿Quién?
-La señora, viene del Complejo.
-¡¡Nooo…!! ¡No me diga! ¿Estaba en los locales? ¡¡Y por la mañana no
puede!! ¿Y qué hace aquí?
-Bueno, ahora lo denuncia porque no cumplió con la perimetral, quiere
que lo arresten. –Silencio… Y continúa: -Ella viene con frecuencia a exponer
contra usted.
¡Los prodigios invaden la mente del “reo”. ¡¡¡Otra mentira!!!
(“La mano de Dios”)
-¡No puedo creer! –Exclama el inculpado.
-No hace caso a la autorización que dio ayer el Juez para que
usted sí pueda ingresar por las mañanas y ella no.
-¡¡BUENÍSIMO!! Incurre en “desobediencia judicial”, tiene prohibido
concurrir por las mañanas! Hoy es sábado y son las once y media. ¡¡No cumple la
orden del Juez!!
(“La letra con sangre entra”)
La despedida fue hasta cordial, solo falto el beso de cortesía. Con cien
quilos de menos, salió solo, sin custodia.
(“Poner los pies en Polvorosa”)
Se dirigió nuevamente al Complejo. Al ingresar lo llama uno de los
inquilinos:
-Por favor, venga. Entremos al estudio.
-Sí, Como no. ¿Qué pasa?
-Cuando usted llego y fue para atrás, salió la Sra. y en la vereda
comenzó a vociferar en forma violenta un montón de cosas, uno de los tantos
gritos, y que me llamo la atención, fue: “¡Aquí no entra nadie…!” ¡Estaba
desorbitada! No sé a qué se refería. Después llamó por celular y apareció el
patrullero policial con un montón de agentes. Lo buscaban a usted.
(“Ponerse como una basilisca”)
-No se haga problema, fui a la seccional y todo está solucionado.
Tranquilícese, ya terminó. Fui para explicar. Es la estrategia de la
otra parte: provocar y provocar…
-¡Si…!
-Nos veremos a diario por las mañanas.
-Me quedo tranquilo…
(Decíamos ayer…)
Pasados pocos días y sin invocación alguna, recibió una bendición: el
invalorable apoyo de un ex jueza: la bien recordada primera esposa.
(Suenan tambores Vudú invocando al Gran Bua)
____________
“Les gens que vous tuez se portent assez bien”.
(Aquellos que usted mata andan bastante bien. –Acto VI, escena II. “Le
Menteur”-)
(“Dios no juega a los dados”- Einstein -)
(“Renacer de las cenizas”- Ave Fénix
Pasados nueve años de perimetral, la acusadora se presentó en la
seccional policial para manifestar que el demandado no es violento: esto ocurre, curiosamente, pocos días antes de que se promulgue la ley por la cual el Juez debe investigar las denuncias
falsas de violencia… (finales de 2023).
"Soplar y sorber no puede ser"
“Ladran Sancho, señal que cabalgamos”
(a) Dr.
Hugo Marietán (destacado psiquiatra argentino):”archivo” el expediente. Esto
ocurre muy acepta como valida las denuncias por poco tiempo antes de una nueva
ley que
Según
explica en la entrevista con el diario LA NACIÓN (2009): "Hay un tres
por ciento de la población con características psicopáticas. Es decir,
1.200.000 personas en la Argentina. La relación es de tres varones por
cada mujer. Son 300.000 damas y 900.000 caballeros"...
(b)
Dra. Mary France Hirigoyen (la psiquiatra francesa especialista en
psicopatías más reconocida en el mundo.):
“Acción
mancomunada y táctica de acoso y derribo psicológico que llevan a cabo varios
familiares, -entre los que se haya un/una instigador/a perversa narcisista o
psicópata socialmente integrado/a-, que, conscientemente, desea
neutralizar, eliminar o expulsar a otro familiar. Se produce, entonces, un
fenómeno tan antiguo como la historia de la humanidad: El linchamiento de
una víctima inocente. Las expresiones chivo expiatorio, cabeza de turco, oveja
negra y patito feo describen y explican efectos y aspectos que hacen
más comprensible este devastador fenómeno. Acosar a alguien en su
entorno habitual supone condenar a la víctima a su total desestabilización
psicológica, afectiva, económica y social. El resultado puede ser el
desarraigo, la marginalidad, la asunción de hábitos auto-destructivos
(tabaquismo, alcoholismo, drogodependencia, etc.) o, frecuentemente, es la
causa de que la víctima, que se ve incapaz de recuperar el equilibrio perdido,
-a no ser que sea ayudada por terceras personas-, sea empujada al
suicidio. En cualquier caso, el daño causado es prácticamente irreparable
y, por ello, es considerado un delito penal de gravedad debido
a la profunda lesión psico-social que padece la víctima maltratada
y estigmatizada.” Esta característica se da más en mujeres contra hombres.
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Definición
de la Real Academia.
Mentira:
“Mentir
es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa.”
Engañar.
“Dar
a la mentira apariencia de verdad".
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"El
lecho de Procusto" “Es una expresión proverbial que
se refiere a quienes pretenden acomodar siempre la realidad a sus intereses o
su visión de las cosas…” _______________
"No asistimos a un momento de mera crisis
coyuntural, sino quizá de verdaderas mutaciones antropológicas y cambios
radicales en la civilización. El retorno a las cavernas puede emprenderse
también por el camino que prometía alejarnos de ella..."
"La pulsión desatada, en estado puro, sin
límites, no requiere de fundamentos ni sigue los desafiadores(as) del lenguaje
y la reflexión.
El actuar violentamente en manada, sin consideración por
los otros, manifiesta a la vez identificaciones, asociadas en estos casos a
"ideales" grupales de hedonismo, egolatría..."
Antonio Ramón Gutiérrez
Escritor
y psicólogo.
“El
Tribuno”
14 de febrero de 2020.-
“LA VIDA ES
bella”